Extraído de www.elsolylaluna.com
Se acerca el fin de curso y con él empieza el peregrinaje de editoriales yendo y viniendo por los Centros vendiéndote las excelencias de sus materiales, libros, complementos etc...
Este año no solo nos entregan los portátiles para primero y segundo de ESO si no que ¡OH DIOS! ha aparecido en el mercado la herramienta más extraodinaria, revolucionaria y moderna que jamás ha existido: el libro digital. El Libro de todos los libros. La salvación del nuevo docente.
Ahí estamos todos admirando ese nuevo descubrimiento que nos convertirá en los mejores profesores europeos (aludiendo al título de un disco del grupo catalán Manel).
Cogemos el objeto en cuestión con sumo cuidado y lenta, muy lentamente empezamos a hojear sus páginas. ¿y qué descubrimos? ¡Qué es lo mismo de siempre!. Los mismos contenidos que en un libro impreso, pero eso sí, sus actividades pueden realizarse en Internet. ¡Viva la revolución!
Asombrada me quedo y no me caigo al suelo porque ya estoy sentada.
Además, nos cuentan que como ha sido un fracaso en Catalunya ( lo desconozco) han mejorado la técnica y podemos utilizarlo sin conexión a internet. Todos las actividades están en fomato CD-ROOM. Me asombro de nuevo y de nuevo no me caigo porque continúo sentada.
Y mi pregunta es: entonces, ¿para qué sirven los ordenadores? Si total los contenidos son los mismos que en papel y las formas de trabajarlos también. De hecho, nos cuentan que lo más novedoso es que podemos llevar el material dividido en trimestres para que los niños no se hernien o divididos en primero variedades de la lengua, segundo literatura y tercero lengua o en el orden que usted quiera, pero separado en cómodos compartimentos para que no puedan mezclarse ni confundirse, no sea que el niño sufra un trauma tan grande que acabe visitando a la Orientadora o psicóloga del Centro. De un plumazo las editoriales han definido lo que significa la educación 2.0. Lo mismo, pero con ordenador. Y yo matándome a hacer cursos, intentando descubrir cómo utilizar determinadas herramientas digitales, aprendiendo de otros docentes que con sus maravillosos trabajos invierten horas intentando realizar actividades que nos ayuden a ejercer nuestra profesión de la mejor manera posible y todo para que quede resumido en un vil complemento más. Además de llevar el libro a clase ahora también el ordenador como un objeto complementario más.Porque sí, porque nos hace más modernos.
Y eso que aún no sabemos si la Administración local nos exigirá que los ordenadores deban quedarse en el aula metidos en un armario o sobre la mesa o si irán y vendrán de casa.
Que alguien me explique entonces para que sirven los portatiles digitales porque de verdad que aún no lo entiendo.
No sé cómo lo hacen, pero las editoriales al final son como la Banca, siempre ganan y nunca pierden. Con las ganas que tengo yo de quedarme sin hipoteca.
Se acerca el fin de curso y con él empieza el peregrinaje de editoriales yendo y viniendo por los Centros vendiéndote las excelencias de sus materiales, libros, complementos etc...
Este año no solo nos entregan los portátiles para primero y segundo de ESO si no que ¡OH DIOS! ha aparecido en el mercado la herramienta más extraodinaria, revolucionaria y moderna que jamás ha existido: el libro digital. El Libro de todos los libros. La salvación del nuevo docente.
Ahí estamos todos admirando ese nuevo descubrimiento que nos convertirá en los mejores profesores europeos (aludiendo al título de un disco del grupo catalán Manel).
Cogemos el objeto en cuestión con sumo cuidado y lenta, muy lentamente empezamos a hojear sus páginas. ¿y qué descubrimos? ¡Qué es lo mismo de siempre!. Los mismos contenidos que en un libro impreso, pero eso sí, sus actividades pueden realizarse en Internet. ¡Viva la revolución!
Asombrada me quedo y no me caigo al suelo porque ya estoy sentada.
Además, nos cuentan que como ha sido un fracaso en Catalunya ( lo desconozco) han mejorado la técnica y podemos utilizarlo sin conexión a internet. Todos las actividades están en fomato CD-ROOM. Me asombro de nuevo y de nuevo no me caigo porque continúo sentada.
Y mi pregunta es: entonces, ¿para qué sirven los ordenadores? Si total los contenidos son los mismos que en papel y las formas de trabajarlos también. De hecho, nos cuentan que lo más novedoso es que podemos llevar el material dividido en trimestres para que los niños no se hernien o divididos en primero variedades de la lengua, segundo literatura y tercero lengua o en el orden que usted quiera, pero separado en cómodos compartimentos para que no puedan mezclarse ni confundirse, no sea que el niño sufra un trauma tan grande que acabe visitando a la Orientadora o psicóloga del Centro. De un plumazo las editoriales han definido lo que significa la educación 2.0. Lo mismo, pero con ordenador. Y yo matándome a hacer cursos, intentando descubrir cómo utilizar determinadas herramientas digitales, aprendiendo de otros docentes que con sus maravillosos trabajos invierten horas intentando realizar actividades que nos ayuden a ejercer nuestra profesión de la mejor manera posible y todo para que quede resumido en un vil complemento más. Además de llevar el libro a clase ahora también el ordenador como un objeto complementario más.Porque sí, porque nos hace más modernos.
Y eso que aún no sabemos si la Administración local nos exigirá que los ordenadores deban quedarse en el aula metidos en un armario o sobre la mesa o si irán y vendrán de casa.
Que alguien me explique entonces para que sirven los portatiles digitales porque de verdad que aún no lo entiendo.
No sé cómo lo hacen, pero las editoriales al final son como la Banca, siempre ganan y nunca pierden. Con las ganas que tengo yo de quedarme sin hipoteca.
Tu reflexión da para un profundo debate, pero solo diré que se puede trabajar con portátiles y sin libros de texto. Yo lo hago así desde septiembre con los alumnos de 2º de ESO. La ventaja que tengo es que la licencia que han comprado es muy barata y no me revuelve la conciencia no usar el libro digital.
ResponderEliminarQuizá un día, con tiempo, escriba mi experiencia de la llegada masiva de los portátiles.
Ah, en mi centro, cada alumno es responsable de su netbook. Se lo lleva a casa, lo personaliza con pegatinas... Es su libro-web.
Maru, completamente de acuerdo contigo. Las editoriales todavía no se han enterado de qué va esto ni de lo que queremos hacer. Es por eso que yo, desde hace mucho, paso de ellas. Primero, a base de fotocopias; ahora, con los materiales online.
ResponderEliminarLo importante, creo, es no rendirse (debe ser tentador que te lo den todo hecho y, a lo mejor, con un regalito extra) y no ceder ni un palmo. Prefiero no tener ordenadores en el aula (sólo el que compré cuando fui Jefe del Departamento) y moverme con libertad a atarme por cuatro cacharros que van a durar dos días.
Hola. Gracias a los dos por vuestros comentarios. En realidad no he dicho todo lo que pensaba, porque daría para un tratado. El concepto que yo esperaba o tenía es el que proponéis vosotros y me encuentro por un lado con las editoriales vendiéndonos la moto y por el otro con las reticencias de muchos de seguir utilizando un libro de texto y no nuestro propio material. Así es muy difícil implantar la educación 2.0 porque siempre te verás obligado a justificar el pago del libro ante los padres. Los problemas por tanto, empiezan en casa. Como bien dices Lu, el debate es interesante y profundo.
ResponderEliminarYo también estoy de acuerdo contigo, Maru. En Asturias estamos más atrasados que en Cataluña, por ejemplo. Los chicos llegarán con ordenador el próximo curso y en mi centro actual parece que no se han enterado; bueno, ni en mi centro ni en la Consejería, ni en ningún sitio. Por una parte las administraciones, que dieron ordenadores y no se preocuparon por nada más; por otra parte, los profes (en su mayoría), que no se quieren enterar; por último, las editoriales, que nos quieren vender la moto del libro digital y viene a ser un PDF con el que ganan más que con el libro tradicional. Entre todos van estropear algo que podía ser muy alentador.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Maru. Esperemos que, por lo menos, nos dejen seguir haciendo nuestro trabajo a aquellos que nos encanta ejercerlo.