Una de las mayores obsesiones de los docentes de lengua y maestros es encontrar la fórmula mágica que ayude al alumnado a mejorar la expresión escrita y concretamente a fijar la ortografía.
Cada año me pasa (nos pasa) que los alumnos repiten sistemáticamente los mismos errores ortográficos. Y cada año me encuentro probando nuevas técnicas o fórmulas para atajar ese problema: trabajar la lectura, trabajar la expresión a partir de redacciones libres, guiadas, comentarios, e incluso de vez en cuando copiados.
Descarté hace años los dictados porque no acaba de obtener resultados positivos más allá del propio dictado.
Abandoné también las actividades de rellenar huecos o elegir la grafía correcta por encontrarlas descontextualizadas.
Así que opté por utilizar la memoria visual y la reflexión interna.
La ortografía se fija visualmente por lo que es importante realizar actividades que les obliguen a prestar atención. Un método es utilizar colores. La idea me la dio Marcos Cadenato en un post que realizó en su blog Tres Tizas y que me ayudó a enfocarlo de otra manera. Me pareció una forma diferente y muy apropiada para trabajar las inteligencias múltiples. Yo aprendo visualmente, se me quedan las imágenes fácilmente y siempre he utilizado colorines para estudiar. ¿Les pasará lo mismo a los alumnos?
El otro día realizamos una actividad de CSI. A los alumnos de primero y segundo de ESO les explico que vamos a hacer de forenses y tenemos que averiguar de qué ha muerto: por un exceso de adjetivos, verbos o sustantivos. Una vez diagnosticada la causa podremos adivinar la enfermedad: ha muerto por comerse una narración, una descripción o un mezcla de ambos o de cualquier otro género.
Es una manera de conseguir que se involucren. Además señalamos con colores cada categoría de manera que visualmente, observando el color que destaca, pueden averiguarlo.
Por un lado me sirve para trabajar las categorías gramaticales de una manera más contextualizada y que les sirva luego para crear sus propias producciones y por otra para que vayan fijándose también en la tipología de la palabra y cómo se escribe.
Quiero aclarar que a ellos les explico que una lengua es un ser vivo y lo que nosotros hacemos es estudiarla en su contexto. Que hagamos una analogía o metáfora o un juego haciendo de forenses o investigadores no implica que estemos tratando a la lengua como un ser muerto. Simplemente es una manera de atraerlos y de presentar las categorías gramaticales de una forma más amena, entretenida y cercana a ellos.
Texto from Maru D. B.
Otra manera de trabajar la ortografía y que no sé porque les gusta tanto es darle las dos opciones y que ellos señalen la correcta. Imagino que les gusta porque incide en lo que pienso: que la ortografía se fija visualmente.Para corregir sus propias producciones escritas les he entregado unas rúbricas de evaluación de textos escritos que son unas pautas generales extraídas, basadas y ampliadas del blog "Competentes" formado por numerosos profesionales de la educaión y que vale la pena visitar.
Desde un principio saben lo que se les va a evaluar y se les entregan unos códigos o normas que señalan los errores. Ellos deben autocorregirse siguiendo las pautas. La nota final la mantendrán si han realizado la autocorreción. En caso de no ser así la nota será negativa.
Otros años las corregían en sus casas y algunos las devolvían y otros no por lo que su efectividad no era muy alta.
Pero desde el año pasado he optado por realizar las autocorrecciones en clase.
Los escritos los suelen entregar a mano y las correcciones las pasan al ordenador porque les gusta más. Por mí ningún problema. Todo lo que les gusta les motiva y si les motiva aprenden. Con o sin ordenador. Si prefieren ordenador, pues nada que decir.
Cogemos los ordenadores y empiezan a corregir sus textos. Como apoyo tienen tres enlaces: uno al diccionario de la RAE, otro a un diccionario en línea de sinónimos y antónimos y otro para un corrector ortográfico.
Sé que mucha gente está en contra de los correctores, pero a mí me parecen muy útiles.
Además de todo esto, tienen sus propios ortodiccionarios donde apuntan aquellas palabras que siempre escriben mal. Para poder mirarlo desde casa lo escriben en su libreta. (No todos los alumnos tienen ordenador en casa).
De esta manera, cada vez que tienen que realizar un escrito acuden a su ortodiccionario para corregirse.
No sé si es la panacea, la solución a todo, pero poco a poco consiguen mejorar. Es un trabajo muy sistemático, de hormiguitas y puede parecer al principio tedioso, pero si queremos que escriban bien es importante que lo hagan constantemente.
Nosotros cada semana intentamos realizar una producción escrita, leer y hablar en clase y todo lo que pueda dentro del aula.
Es en el primer ciclo donde debemos insistir y recoger los frutos probablemente en etapas superiores.
Para cada tipo de producción intento ofrecerles unas rúbricas de evaluación para que sepan cuál es el punto de partida. Al final de la entrada os dejaré los enlaces al resto de rúbricas.
A nivel departamental estamos ahora trabajando en unificar criterios - yo llegué el año pasado- y mi compañera este así que ahora intentaremos crear un plan conjunto de actuación de mejora de la expresión y la comprensión tanto oral como escrita y potenciar la lectura. Trabajaremos con ilusión durante todo el año para poder aplicarlo el curso que viene.
Y vosotros ¿Cómo trabajáis la ortografía en vuestras aulas? ¿Con qué resultados?
Otras rúbricas de evaluación:
Textos narrativos.
Textos poéticos.
Presentación oral de una exposición .
Presentación de trabajos.
Interesantísimo, Maru. Yo también utilizo rúbricas para evaluar la expresión escrita; me inspiré en algún texto de Cassany. Estoy de acuerdo en que los ejericios de ortografía tradicionales no van más allá del mero ejercicio. A los dictados se les puede sacar más partido más allá de la ortografía; yo suelo aprovechar para hacer algún ejercicio de sintaxis, o seguor escribiendo...Un beso.
ResponderEliminarMe va bien que me hayas dado argumentos para defender los dictados porque yo la verdad es que no les veía el qué.
EliminarMuchas gracias,
MARU
Muchas gracias, Maru, por rescatar aquel viejo ejercicio de pintar las palabras con colores -me sigue gustando mucho- y gracias, sobre todo, por compartir las Rúbricas de Evaluacion y la reflexión de que la ortografía podemos y debemos trabajarla en el aula, porque en infinidad de ocasiones "el bosque no nos deja ver los árboles..."
ResponderEliminarTu ejercicio me es muy útil desde que lo conocí. Me he dado cuenta que a los alumnos- son de la generación flash y visualmente competentes- les va muy bien. Desde entonces no me separo de mis colores :))
EliminarGracias por compartir estas propuestas didácticas tan interesantes. Me van a resultar bastante útiles de cara a trabajar la ortografía en el aula, pues mi enfoque se asemeja bastante al tuyo, pero hay aspectos que podré mejorar considerablemente gracias a lo que explicas.
ResponderEliminarUn saludo.
Esta entrada en parte la he escrito por ti y por lo que estuvimos hablando en twitter. Todos tenemos dudas y a veces no estamos seguros de si lo que hacemos en las aulas es motivador y sobre todo práctico.
EliminarTus dudas son mis dudas y entre todos podemos encontrar las respuestas.
Un saludo
Maru, creo que nuestro error es pensar que tenemos la obligación de dar ortografía, cuando no es verdad. La ortografía es parte de un texto y nuestro objetivo como profesores de lengua es mostrarles los entresijos de los textos para que los alumnos puedan analizar críticamente otros y crear los suyos propios.
ResponderEliminarLa eficacia de los trucos que explicas puede que resida en la motivación con que los presentas.
Gracias por compartir.
Estoy totalmente de acuerdo con tu punto de vista. Más de una vez me he preguntado para que sirve teorizar sobre la ortografía. Yo quiero que mis alumnos aprendan a escribir y me he dado cuenta- sobre todo en mi centro que está formado mayoritariamente por alumnado extranjero- que lo que quiero es que escriban y comprendan. Punto. El cómo es lo que me trae siempre de bólido porque ningún alumno es igual. Las carencias que tiene uno no las tiene el otro y el punto de partida es muchas veces muy diferente.Desde principio de curso les doy unas pautas y una de ellas es darles conectores para que aprendan a conectar ideas. Además de trabajar la escritura creativa y los diferentes tipos de texto. Aún así siempre creo que me falta algo, que nunca es suficiente. Este año desde el Departamento queremos crear una línea de actuación que vaya por cursos en los que se trabajen diversos aspectos de la escritura y la comprensión de manera gradual. Ya veremos que sale. Lo que dificulta nuestro proyecto es no saber cómo serán los alumnos al año siguiente ya que nunca sabemos quiénes van a venir y de dónde. Pero bueno, energía y ganas no nos faltan.
EliminarGracias por el comentario.
Interesante metodología de trabajo, que obliga a planificar y a supervisar, dos tareas que suelen obviarse en el tratamiento de la ortografía al que nos acostumbran los libros de texto. Aunque no utilizo códigos de colores, suelo marcar la ubicación del error pero no su forma correcta; además, siempre trabajamos la ortografía ligada a la producción de textos sobre vocabulario que se ha visto en el aula; tras la versión borrador, que se supervisa en clase, se pide que entreguen un texto ya corregido.
ResponderEliminarGracias por los recursos.