Cada año he participado en el 8 marzo acudiendo a manifestarme por las desigualdades que vivimos día a día las mujeres en todos los ámbitos: social, económico, político...
Este año es especial. No solo por la mayor concienciación y unión de las mujeres en este tema sino porque es un homenaje a grandes referentes femeninos que ha habido en mi familia.
Hace unos días, inauguraron un espacio cívico- no podía ser de otra manera- con el nombre de mi tía Isabel Rosselló Girart. Una mujer increíble que luchó durante más de cuarenta años por dotar al barrio del Camp Redó de muchas de las instalaciones y servicios de los que hoy dispone: recogió firmas y realizó manifestaciones para conseguir zonas verdes, centros escolares, servicios sanitarios... fue una luchadora de barrio, vecinal incansable y cercana.
A simple vista, la primera vez que la conocí (es la mujer de mi tío Cil Buele otro gran luchador y reivindicador de los derechos sociales) me pareció una mujer tímida, menuda, poco habladora. Pero de las que te miran muy profundo cuando hablas. Es de esas personas con las que estás conversando y te mira a los ojos, pero como si estuviera pensando en otra cosa y te diera la sensación de que no estuviera conversando contigo. Nada más lejos de la realidad. Su capacidad de análisis y sus respuestas te dejaban totalmente hipnotizada. Con total sencillez te desmontaba cualquier teoría o análisis simplista de la realidad. No es que estuviera ausente, es que procesaba la información para dejarte sin palabras.
Me gustaba mucho conversar con ella.
Desgraciadamente el Alzheimer, la dejó sin palabras demasiado pronto. Fue un proceso duro que nos encogió a todos. Ella, que tanto había utilizado la palabra para conseguir mejoras en las condiciones salariales y laborales de las mujeres trabajadoras de los hoteles, enfrentándose los grandes hoteleros; ella que fue representante sindical y formó parte de diversos partidos políticos de izquierdas; ella que tanto luchó por las mujeres y por mejorar sus condiciones desde su mesa de recogida de firmas, sus discursos... ella se quedó sin palabras.
Para ella va este homenaje. Por todas esas mujeres menudas que son capaces de convertirse en grandes ejemplos para todas.
Y por último también querría recordar a mi abuela Mº Carmen Ramis i Ribot por ser una mujer que rompió moldes en los años 40, casándose con un hombre negro en plena postguerra. Una mujer de un pueblo interior de la isla que fue capaz de revolucionar los convencionalismos de la época. Se casaron prácticamente solos y fundaron una familia, a la cual pertenezco y me siento muy orgullosa de ello.
Mujeres que rompieron moldes en épocas y momentos diferentes. Sin ella, sin mi abuela, yo hoy no estaría aquí.
Va por vosotras.
Quina neboda tan esplèndida que té na Bel (i que tenc jo també!)
ResponderEliminarI quina néta tan entranyable que té mu mare, al cel sia amb tota la gent que ens hi ha precedit...
Per emmarcar, neboda estimada!
Precioso y merecido homenaje, Maru. Extraordinarias mujeres, como tú...
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, sobrino!
EliminarEspléndido homenaje Maru!!!!
ResponderEliminarGrandes mujeres que casi nunca han tenido el reconocimiento que merecieron. Ánimo
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